30/4/2010
EL SUECO NO LOGRA ADAPTARSE A SU NUEVO EQUIPO
La sociedad Ibra-Messi no funcionó ante el Inter de Milán y, a pesar de que los números les avalan, algo chirría en su interactuación
Arrigo Sacchi: "“El Barcelona se equivocó fichando a Ibrahimovic”
Redacción BARCELONA
EL SUECO NO LOGRA ADAPTARSE A SU NUEVO EQUIPO
La sociedad Ibra-Messi no funcionó ante el Inter de Milán y, a pesar de que los números les avalan, algo chirría en su interactuación
Arrigo Sacchi: "“El Barcelona se equivocó fichando a Ibrahimovic”
Redacción BARCELONA
La actuación de Zlatan Ibrahimovic en el partido de vuelta ante el Inter de Milán ha reabierto el debate sobre el delantero sueco, al que sus goles, 21 hasta el momento, no parecen ser suficiente aval para que la grada del Camp Nou confie en las prestaciones del ex jugador del Inter. Y para más inri, el hecho de que sea su ex equipo el que se haya clasificado para la final del Santiago Bernabéu con Samuel Eto’o en sus filas no le ha beneficiado en nada.Uno de los argumentos más recurrentes en las críticas a Ibrahimovic es la aparente incompatibilidad que Messi y él destilan cuando ambos juegan por el centro del ataque.
De un tiempo a esta parte, Ibra juega como claro referente en la punta de ataque mientras que el argentino lo hace como segundo delantero centro.Desde que esto sucede, Messi no ha podido brillar como lo hace cuando juega como jugador más adelantado sin tener a Ibra como freno.Los datos en este sentido son palmarios. Leo Messi no ha logrado marcar en los últimos once partidos en los que ha jugado con Ibra por delante.La última vez que eso sucedió fue el 21 de marzo pasado en La Romareda cuando el argentino ofreció una exhibición descomunal marcando tres goles y regalando el cuarto a Ibrahimovic, al que le cedió un penalty para que así el sueco rompiera su mala racha de cara a la puerta rival.Desde entonces, Messi no ha visto puerta cuando ha compartido zona del campo con el delantero sueco quien, sin embargo, sí que ha podido marcar goles importantes.Ibra marcó ante Osasuna, ante el Mallorca y en el campo del Arsenal por partida doble antes de lesionarse y perderse tres partidos en los que Messi brilló con luz propia (ante el Athletic de Bilbao, Arsenal y Real Madrid).Una vez Ibra se recuperó y que Guardiola volvió a dar entrada al sueco en el equipo como referencia por delante de Messi de manera paulatina, las cosas se torcieron.No funcionó ante el Espanyol, ni ante el Inter (en ninguno de los dos partidos) mientras que sólo al final Ibra logró marcar ante el modesto Xerez.Por determinante, el partido ante el Inter del pasado miércoles en el Camp Nou se erige como un referente en las dudas que genera la pareja de atacantes. Las críticas a Ibrahimovic han traspasado la grada hasta el punto de que el propio presidente de honor, Johan Cruyff, dijo que “tiene una buena técnica para un mal jugador y una mala técnica para un buen jugador”. Unas declaraciones rotundas que vienen a reflejar el disgusto generalizado que hay sobre este jugador que llegó con aires de crack pero que en los dos partidos más importantes solo dura una hora en el campo.
La actuación de Zlatan Ibrahimovic en el partido de vuelta ante el Inter de Milán ha reabierto el debate sobre el delantero sueco, al que sus goles, 21 hasta el momento, no parecen ser suficiente aval para que la grada del Camp Nou confie en las prestaciones del ex jugador del Inter.
La actuación de Zlatan Ibrahimovic en el partido de vuelta ante el Inter de Milán ha reabierto el debate sobre el delantero sueco, al que sus goles, 21 hasta el momento, no parecen ser suficiente aval para que la grada del Camp Nou confie en las prestaciones del ex jugador del Inter.
Y para más inri, el hecho de que sea su ex equipo el que se haya clasificado para la final del Santiago Bernabéu con Samuel Eto’o en sus filas no le ha beneficiado en nada.
Uno de los argumentos más recurrentes en las críticas a Ibrahimovic es la aparente incompatibilidad que Messi y él destilan cuando ambos juegan por el centro del ataque.
De un tiempo a esta parte, Ibra juega como claro referente en la punta de ataque mientras que el argentino lo hace como segundo delantero centro.Desde que esto sucede, Messi no ha podido brillar como lo hace cuando juega como jugador más adelantado sin tener a Ibra como freno.
Los datos en este sentido son palmarios. Leo Messi no ha logrado marcar en los últimos once partidos en los que ha jugado con Ibra por delante.
La última vez que eso sucedió fue el 21 de marzo pasado en La Romareda cuando el argentino ofreció una exhibición descomunal marcando tres goles y regalando el cuarto a Ibrahimovic, al que le cedió un penalty para que así el sueco rompiera su mala racha de cara a la puerta rival.Desde entonces, Messi no ha visto puerta cuando ha compartido zona del campo con el delantero sueco quien, sin embargo, sí que ha podido marcar goles importantes.
Ibra marcó ante Osasuna, ante el Mallorca y en el campo del Arsenal por partida doble antes de lesionarse y perderse tres partidos en los que Messi brilló con luz propia (ante el Athletic de Bilbao, Arsenal y Real Madrid).Una vez Ibra se recuperó y que Guardiola volvió a dar entrada al sueco en el equipo como referencia por delante de Messi de manera paulatina, las cosas se torcieron.
EL PAIS
Messi enjaulado
El argentino sigue sin marcarle a un equipo de Mourinho
LUIS MARTÍN - Barcelona - 29/04/2010
Guardiola convidó al partido de anoche en el Camp Nou a quien no hubiera visto a Messi en el partido de ida en San Siro. "Ahí estará, no os preocupéis", avisó el entrenador. Y Messi estuvo presente, y se le vio tanto que en la primera parte tocó la pelota más de 40 veces. Le buscó el equipo y le encontró siempre, porque se ofreció por dentro y por fuera. Desde lejos buscó portería, casi en el único chut del partido. Fue el más peligroso del Barcelona, pero no fue determinante. El cuerpo técnico del equipo casi festejó saber que después de cuatro años y siete partidos, la Pulga no le había marcado ningún gol a un equipo entrenado por Mourinho. De hecho, le hicieron saber el dato, conscientes de que haría lo que hizo: encogerse de hombros y retarse a sí mismo. No bastó, no fue suficiente porque el camino al gol se llenó anoche de trampas. Otra vez, Messi entró en la jaula que le preparó el entrenador portugués, que incluso cuando su equipo se quedó con diez por la expulsión de Motta no cedió un palmo.
Después de 40 goles, anoche el delantero se quedó seco
Messi jugó antes para el equipo que para sí mismo, consciente de que el Barça le necesitaba para abrir fisuras en la retaguardia italiana. Nunca dejó de intentarlo, aunque a veces pareció que se daba de bruces contra una pared. Entonces, le arropó la grada, que coreó su nombre tratando de demostrarle que por mucho que se torcieran las cosas, estaban de su parte.
Más creció la dificultad, más se cerró el Inter, más rápido parecía avanzar el reloj, y más la pidió el argentino, que nunca le giró la cara al duelo. Se abrió el campo de banda a banda, aculó tanto el Inter que Valdés pisó el centro del campo y Messi siguió intentándolo, caracoleando sobre la frontal buscando un metro para soltar el pie o generando superioridad en las bandas para que rompieran Pedro, Alves o Jeffren. Su pase medido a la cabeza de Bojan casi conduce al 1-0.
La impotencia de la Pulga fue la imagen de la desesperación de un equipo que nunca pudo con el oficio de los italianos, que sólo sucumbieron a una genialidad de Piqué.
Nadie podrá negar que Messi no lo intentó, que no hizo todo lo que pudo para llevar al Barça a la final. Después de 40 goles, anoche se quedó seco. Messi sigue sin marcarle un gol a un equipo entrenador por Mourinho. Se fue con la cabeza muy alta. Pero con eso no fue suficiente. "Gracias", dijo Laporta. También iba por Messi.
El argentino sigue sin marcarle a un equipo de Mourinho
LUIS MARTÍN - Barcelona - 29/04/2010
Guardiola convidó al partido de anoche en el Camp Nou a quien no hubiera visto a Messi en el partido de ida en San Siro. "Ahí estará, no os preocupéis", avisó el entrenador. Y Messi estuvo presente, y se le vio tanto que en la primera parte tocó la pelota más de 40 veces. Le buscó el equipo y le encontró siempre, porque se ofreció por dentro y por fuera. Desde lejos buscó portería, casi en el único chut del partido. Fue el más peligroso del Barcelona, pero no fue determinante. El cuerpo técnico del equipo casi festejó saber que después de cuatro años y siete partidos, la Pulga no le había marcado ningún gol a un equipo entrenado por Mourinho. De hecho, le hicieron saber el dato, conscientes de que haría lo que hizo: encogerse de hombros y retarse a sí mismo. No bastó, no fue suficiente porque el camino al gol se llenó anoche de trampas. Otra vez, Messi entró en la jaula que le preparó el entrenador portugués, que incluso cuando su equipo se quedó con diez por la expulsión de Motta no cedió un palmo.
Después de 40 goles, anoche el delantero se quedó seco
Messi jugó antes para el equipo que para sí mismo, consciente de que el Barça le necesitaba para abrir fisuras en la retaguardia italiana. Nunca dejó de intentarlo, aunque a veces pareció que se daba de bruces contra una pared. Entonces, le arropó la grada, que coreó su nombre tratando de demostrarle que por mucho que se torcieran las cosas, estaban de su parte.
Más creció la dificultad, más se cerró el Inter, más rápido parecía avanzar el reloj, y más la pidió el argentino, que nunca le giró la cara al duelo. Se abrió el campo de banda a banda, aculó tanto el Inter que Valdés pisó el centro del campo y Messi siguió intentándolo, caracoleando sobre la frontal buscando un metro para soltar el pie o generando superioridad en las bandas para que rompieran Pedro, Alves o Jeffren. Su pase medido a la cabeza de Bojan casi conduce al 1-0.
La impotencia de la Pulga fue la imagen de la desesperación de un equipo que nunca pudo con el oficio de los italianos, que sólo sucumbieron a una genialidad de Piqué.
Nadie podrá negar que Messi no lo intentó, que no hizo todo lo que pudo para llevar al Barça a la final. Después de 40 goles, anoche se quedó seco. Messi sigue sin marcarle un gol a un equipo entrenador por Mourinho. Se fue con la cabeza muy alta. Pero con eso no fue suficiente. "Gracias", dijo Laporta. También iba por Messi.
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