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"Lo quiero ganar todo"
30-10-2007
El jugador más querido, más valorado, más idolatrado, más necesitado. A sus veinte años ha alcanzado la cima a base de fútbol, goles y talento. Leo Messi se sincera en esta extensa entrevista que mantuvimos ayer con él
Leo Messi: fútbol, goles y talento
Toni Frieros BARCELONA
Llega acompañado de su hermano Rodrigo. A Leo le gusta tener muy cerca a los suyos. Es uno de los pilares de su vida: la familia. Su padre, Jorge, está estos días en Argentina. El ha guiado en línea recta la carrera de Leo, quien, por su parte, ha puesto el talento y el fútbol que ahora le han catapultado a la fama mundial.Leo llega a la sesión de fotos con el pelo mojado. Le gusta tenerlo largo, aunque para entrenar y jugar tenga que sujetárselo con una cinta. Con los focos como testigos silenciosos empezamos la conversación.
-La fama, Leo, cómo la lleva, ¿cómo se ve la vida desde esa ola?
-Con naturalidad, con gratitud y con mucha serenidad. Las cosas hay que aceptarlas tal y como vienen, porque tú no las provocas...
-Perdone, usted sí provoca admiración con su fútbol...
-Es muy lindo hacer feliz a la gente con tu trabajo. Seguramente esta es la mejor parte de mi profesión: poder compartir alegrías con los demás. De hecho los futbolistas, los equipos, existimos porque hay millones de personas que quieren vernos.Habla de la cara amable del fútbol, del reconocimiento.
-También hay una cruz...
-Sí, claro, siempre hay cosas que no te gustan tanto, pero comprendo que es el precio que hay que pagar por estar tan expuesto. Al final te conviertes es un personaje público y eso entraña sus riesgos. De todos modos debo decir que en Barcelona la gente siempre es muy amable y respetuosa conmigo. Les agradezco mucho el cariño que día tras día me están dando.
-¿Le gusta firmar autógrafos?
-Claro. Y sobre todo a los niños. Hay mucha gente que se pasa horas esperándote para hacerse una foto contigo o para que le firme un autógrafo. Lo mínimo que hay que hacer es atenderlos como se merecen. Nosotros existimos porque existen ellos.
-Con tanto elogio, adulación, fama, lo más fácil es que, casi sin querer, se le suba a uno a la cabeza...
-No, no, para nada. Yo procuro tener siempre los pies en el suelo y no olvidarme jamás de mis raíces. Para llegar aquí también tuve que vivir episodios duros, tanto yo como mi familia, y eso te ayuda a ser fuerte y a valorar mucho más todo lo que tienes. No, la fama no se me sube a la cabeza.
-Hace tres años, cuando debutó con 17 años de forma oficial con el FC Barcelona, ¿soñaba con vivir todo lo que está viviendo ahora?¡
-No, por supuesto! Uno siempre sueña con llegar lo más lejos posible, como debutar con el Barça, marcar un gol en el Camp Nou, jugar con la selección de tu país, ganar la Liga, la Champions, un Mundial, pero no tienes ni idea de cuando han de llegar todos esos momentos. Como le dije recién: hay que ir poco a poco y dejar que las cosas vayan sucediendo de forma natural, sin provocar nada.
-Y sólo tiene 20 años...
-La verdad que todo está ocurriendo muy deprisa. ¡Si hasta ya se ha escrito mi biografía!
-Se la merecía, no le quepa la menor duda. Lo que pasa es que a este paso habrá que actualizarla muy pronto. A lo que íbamos, hoy por hoy, ¿con qué sueña Leo Messi?
-Principalmente con hacer bien mi trabajo y ayudar a mi equipo a lograr todas las metas que nos hemos trazado. Porque una cosa muy importante que hay que dejar muy clara es que Messi no juega solo. Aquí todos ganamos y perdemos. Somos un equipo.
-¿Es usted feliz en el Barça?
-Muchísimo. Llegué aquí con trece años y ya a esa edad me marqué como objetivo llegar al primer equipo y triunfar en el Barça.
-Entonces ese sueño ya se ha hecho realidad...
-Visto desde ese punto de vista, sí, por supuesto. Fui muy feliz jugando en los equipos inferiores, fui muy feliz cuando me subieron al Barça B, cuando viajé con el primer equipo a la gira por Corea, China y Japón, cuando debuté en el Gamper, cuando me quedé en el primer equipo... Todos esos momentos los recuerdo con cariño.
-Y los malos, las lesiones...
-Forman parte de esta profesión. Cuando padecí la lesión muscular que me tuvo varios meses fuera de juego lo pasé francamente mal. El equipo estaba bárbaro, ganando partidos, ganando la Liga, ganando la Champions y yo no pude estar ahí.
-Después la operación del hueso del pie...
-Otro momento muy duro. De todos modos te endureces, aprendes a ver la vida con otra perspectiva.
-¿A tener más paciencia?
-Sí, exactamente. Cuando eres joven quieres llegar muy pronto a tu objetivo y quizá te precipitas. En ese momento no ves que lo mejor está por llegar. Cuando te lesionas te pasa eso.
-¿Se puede decir que ahora está atravesando el mejor momento de su carrera deportiva?
-Se puede decir, sí, aunque eso no significa que no pueda seguir creciendo como futbolista. Siempre se puede mejorar y aprender. Pero sí, estoy muy contento de como me están saliendo las cosas, gracias a Dios. De todos modos estaré mucho más contento cuando sea el equipo el que recoja los frutos del trabajo que hacemos.
-Lleva siete goles en ocho partidos de Liga, teniendo en cuenta que no jugó en Pamplona. Hay gente a la que le extraña esta faceta goleadora suya...
-Quienes me conocen bien saben que siempre marqué goles. Desde muy chiquito siempre hice muchos y quedé muchas veces como máximo goleador.
-¿Es lo que más le gusta?¿Hacer goles?
-Sí...Siempre es muy lindo marcar, sobre todo si son bonitos o importantes. Pero también cuando haces un buen pase y es otro compañero el que marca. La cuestión es ganar. Cuando ganas estás contento y no te fijas mucho en si has hecho un gol o no. Cuando pierdes estás jodido y te lamentas de esa o aquella ocasión que has fallado.
-Ahí tenemos la copa de la Liga y la Champions League. ¿Con qué trofeo se queda?
-Con los dos. Yo siempre quiero ganarlo todo, la Copa del Rey, los amistosos. Tenemos una plantilla capacitada para conseguirlo.
-¿Tiene buenas sensaciones para esta temporada?
-Muchas. Creo que estamos haciendo un buen fútbol y que hemos sabido superar una fase de dudas, algo natural cuando empiezas de nuevo una temporada. Además, hemos tenido muchas lesiones y eso ha roto un poco el grupo, aunque tenemos una plantilla muy buena y muy amplia para que no se note ninguna baja.
-Pues todo el barcelonismo le está poniendo una vela a la Virgen para que usted no se constipe...
-¡Ja,ja,ja...! No, para nada, lo importante es el equipo.No me sea modesto.
-Dicen que este Barça tiene ‘messidependencia’...
-No es cierto. Todos somos importantes por igual. En un partido a uno le salen mejor las cosas y en el siguiente es a otro. Nadie es imperfecto ni infalible.
-¿Se siente líder?
-Uno más.La afición explota de alegría cuando le ve jugar.
-Fíjese cómo le recibió el Camp Nou el sábado por noche ante el Almería...
-Sí, sí, es muy lindo y emotivo que coreen tu nombre y te aplaudan.
-¿Tiene la impresión de que están en deuda con la afición? Lo digo por lo que ocurrió la temporada pasada...
-Sí, estamos en deuda con la afición. Nos dieron su apoyo hasta el último momento y fallamos. Todos debemos asumir las culpas a partes iguales y aprender de los errores para que no se repitan nunca más. Creo que vamos por el buen camino y que esta temporada les daremos muchas alegrías.
-Están siendo algo irregulares, ¿no le parece?
-Es imposible jugar siempre a un nivel altísimo. Estuvimos muy bien ante el Atlético, Sevilla, Zaragoza, en la Champions League y es normal que en otros encuentros bajáramos. De todos modos en lo que llevamos de temporada sólo hemos perdido un partido.
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Siete goles en veinte minutos
El campo de entrenamiento de La Masia, donde suele entrenarse el FC Barcelona, fue ayer escenario de otra portentosa exhibición futbolística de Leo. Rijkaard ordenó un partido de cinco contra cinco en un campo de reducidas dimensiones, donde se juega a una gran velocidad y mucha intensidad. No se para ni un segundo, yendo el esférico de un lado para otro a un ritmo frenético. Duró veinte minutos y en ese periodo de tiempo, Messi fue capaz de marcar siete goles. Que está en un momento dulce nadie lo pone en duda. Y él lo demuestra incluso entrenando.
El campo de entrenamiento de La Masia, donde suele entrenarse el FC Barcelona, fue ayer escenario de otra portentosa exhibición futbolística de Leo. Rijkaard ordenó un partido de cinco contra cinco en un campo de reducidas dimensiones, donde se juega a una gran velocidad y mucha intensidad. No se para ni un segundo, yendo el esférico de un lado para otro a un ritmo frenético. Duró veinte minutos y en ese periodo de tiempo, Messi fue capaz de marcar siete goles. Que está en un momento dulce nadie lo pone en duda. Y él lo demuestra incluso entrenando.
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