El crack argentino desató la locura entre los aficionados que recibieron al Barça en Corea
Brillara más o brillara menos en el último Mundial de Sudáfrica, Leo Messi sigue manteniendo su luz intacta. El crack argentino despierta simpatías allá donde va y el caso de Corea del Sur no fue una excepción. Cerca de las dos de la tarde, la siete de la mañana en España, el crack argentino desató la locura nada más traspasar la puerta de llegadas del aeropuerto de Ichon, en Seúl. Más de 200 aficionados se centraron única y exclusivamente en conseguir una fotografía o un autógrafo del '10' azulgrana. "Messi eres el mejor del mundo", le recordaban algunas pancartas escritas en perfecto castellano.
Otros, conscientes de que la empresa de tocar al Messi de carne y hueso iba a ser casi imposible, optaron directamente por dejarse ver junto a un Messi de cartón en tamaño natural y vestido con la camiseta de Argentina. Fue tal la expectación que desencadenó la presencia de Leo en la Terminal, que incluso el propio futbolista por momentos quedó deslumbrado ante el disparo de infinidad de flashes, con los que los fotógrafos buscaban obtener la mejor imagen de Leo. Por lo visto ayer, los organizadores del partido de mañana -que a regañadientes se habían quejado por la ausencia de los campeones del mundo pese a que no estaba estipulado en el contrato- ya respirarán más tranquilos, pues el verdadero gancho para que la afición acuda al campo a ver al Barça se llama Messi.
Escenas como las de ayer refuerzan la teoría de que en Asia, más que de un equipo, los aficionados son de un jugador y los surcoreanos, no son una excepción. Hubo camisetas azulgranas, una chica vistió la mango de la temporada pasada con el nombre de Ibrahimovic y otro personificó el de Keita en su pecho, entre otras, pero aun así, la mayoría acudió por Messi y se vistió con la zamarra de la albiceleste por el crack argentino, si bien, esta iniciativa también pudo estar respaldada por una agencia de publicidad.
Fuera como fuera, lo que es cierto es que Messi, con su simple presencia, fue capaz de generar un enorme griterío, en un país que se diferencia por su gente extremadamente educada y reservada. Fue como si hubiera llegado Messi y 27 más, pues el único que de verdad importaba para los aficionados era el crack, patrimonio del Barça desde que tenía 13 años y, como mínimo, hasta los 28.
Guardiola, el segundo
Aunque ninguno de los integrantes del equipo se acercó ni por asomo a la locura desata por Messi, quizá el técnico Pep Guardiola fue el segundo en el ránking de expectación, pero muy lejos de Leo. Ibrahimovic y Alves, los otros dos futbolistas con más proyección internacional del Barça de los 28 que se han desplazado hasta Corea del Sur, pasaron casi igual de desapercibidos que los canteranos.
Dos horas más tarde, ya en el Hotel Mayfield, donde se hospeda la expedición del Barça, un lugar bucólico por la tranquilidad y la naturaleza que lo envuelven, Messi también centró buena parte de los 45 minutos que duró la presentación del partido de mañana ante un combinado de la K-League. El argentino, que acudió al acto junto a Dani Alves, fue interrogado por los periodistas locales repetidamente sobre Corea del Sur, su fútbol… y es que más allá de que pertenezca al Barça, los aficionados de este país también lo sienten suyo y quieren saber de él todo lo que piensa de ellos.
Hasta una peineta
Un detalle más de la fiebre Messi quedó visible con la peineta que portaba en la cabeza una joven aficionada, hecha para el efecto con el nombre del crack
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